"Los investigadores indonesios han determinado que los fallos de diseño y supervisión jugaron un papel clave en el accidente fatal del Boeing 737 MAX en octubre, de acuerdo con personas familiarizadas con el caso", publicó el medio.
Las conclusiones preliminares, añade, indican también a una serie de errores del piloto y de mantenimiento.
Dos catástrofes aparentemente similares —en el mar de Java en octubre de 2018 y en Etiopía en marzo de 2019, con 189 y 157 muertos, respectivamente— provocaron una cascada de suspensiones por parte de aerolíneas y reguladores del transporte aéreo, dejando en tierra la flota global de los 737 MAX y provocando un desplome de las cotizaciones de Boeing en la bolsa.
La investigación preliminar apunta a que los pilotos tuvieron dificultades con el software del estabilizador MCAS (siglas en inglés de Sistema de Aumento de las Características de Maniobras) y no lograron retomar el control de la aeronave.
El sistema MCAS baja automáticamente la trompa del avión cuando los sensores detectan un ángulo de vuelo muy elevado que puede llevar a que la aeronave entre en pérdida.
Previamente comunicó que los pilotos podrán contrarrestar el sistema con el control manual o y que el MCAS se desactivará automáticamente cuando los sensores del flujo de aire a ambos costados de la aeronave ofrezcan lecturas muy distintas.