"Si no hay un acuerdo con la UE, la economía española acusaría el impacto", dijo Barclay este 19 de septiembre en un desayuno informativo organizado por la agencia Europa Press en Madrid.
Pese a las palabras de Bruselas, el ministro británico puso en duda que las pequeñas y medianas empresas de los socios comunitarios estén preparadas para afrontar el choque.
"Dudo que las pequeñas y medianas empresas españolas lo estén", aseguró.
Barclay explicó que un Brexit duro provocará un aumento de los controles aduaneros, lo que perjudicará las exportaciones de productos perecederos como la fruta y verdura desde España.
Además, el ministro subrayó que los productos españoles perderán sus protecciones arancelarias e hizo referencia a una posible reducción del número de turistas británicos que cada año visitan España.
Actualmente, España es el país con más residentes británicos (cerca de 400.000) y su primer destino turístico.
En su visita a Madrid, Barclay recordó que el actual primer ministro británico, Boris Johnson, tiene una firme voluntad de ejecutar el Brexit el próximo 31 de octubre haya acuerdo o no.
No obstante, Barclay insistió en que la voluntad de Londres es alcanzar un acuerdo con la Unión Europea, aunque la parte británica sigue sin estar dispuesta a aceptar el establecimiento de un "backstop" entre Irlanda y el Reino Unido.
Respuesta de España
El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, se mostró sorprendido por las declaraciones en las que el ministro británico manifestó dudas sobre la preparación de las empresas españolas para el Brexit.
"No sé qué información tiene el ministro británico sobre el estado de preparación de nuestras empresas. Yo no tengo muchas sobre el estado de preparación de las empresas británicas y me limito a creer lo que dice el Gobierno británico, por lo que espero la misma credibilidad por su parte", señaló Borrell en una comparecencia de prensa tras reunirse en Madrid con su homólogo senegalés.
En la tarde de este 19 de septiembre Borrell recibirá a Barclay para celebrar una reunión que, pese a este cruce de declaraciones, la parte española desea que sea “cordial y positiva”.