"Existe tal amenaza, pero confío en una solución pacífica", declaró Narishkin a los periodistas.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseveró que Irán y Arabia Saudí no optaron por la posibilidad de que Rusia mediara en la solución de la crisis entre ambos países.
Peskov destacó que Moscú mantiene con Riad unas relaciones muy estables en diferentes esferas.
"Igualmente se realiza una cooperación en áreas muy sensibles, tales como la esfera técnico-militar, se están estableciendo contactos y continuarán desarrollándose los lazos", advirtió el portavoz.
Además, el portavoz agregó que Rusia no dispone de datos sobre el ataque.
"No somos partidarios de acusaciones o conclusiones precipitadas sobre quién estaría detrás de esos ataques", subrayó.
El 14 de septiembre, las instalaciones petroleras de la compañía Saudi Aramco en Abqaiq y Khurais, en el este de la península Arábiga, fueron atacadas con drones.
El ataque, reivindicado por los rebeldes hutíes de Yemen aunque EEUU resta crédito a su declaración y apunta a la implicación de Irán, redujo más de la mitad la producción de crudo en Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de este hidrocarburo.
Los precios del petróleo tras el incidente se dispararon.