"Esta medida inconsulta atenta contra el derecho humano a emigrar, parece aprobada para quedar bien con Estados Unidos y darles la espalda a nuestros ciudadanos, lo cual evidencia un doble discurso: en el Norte es un hermano lejano que manda remesas, pero aquí es un delincuente", argumentó Acosta en diálogo con Sputnik.
La medida había sido anunciada por el propio Rivas a fines de agosto pasado en Panamá, durante una reunión ministerial de seguridad en América Central, poco antes de la firma de un convenio migratorio con Estados Unidos, cuyos detalles aún son ambiguos para la oposición a Bukele, que teme que siente las bases para convertir a El Salvador en un "tercer destino seguro".
"La bancada del FMLN ya convocó a Rivas a la Asamblea Legislativa [Parlamento] para que explique los alcances de esa patrulla, porque la percepción es que se trata de una persecución de emigrantes, una extensión de las patrullas migratorias de Estados Unidos", agregó Acosta.
El parlamentario del partido salvadoreño de izquierda negó que la intención sea promover la migración, pero insistió en que los diputados tienen el deber de garantizar los derechos humanos de los salvadoreños y necesitan saber hasta qué punto serán protegidos por este nuevo cuerpo represivo.
Para Acosta, conocido como Pichi en el ámbito político salvadoreño, es preocupante que, lejos de combatir el fenómeno migratorio, este se agrave por una patrulla fronteriza.
Como diputado, Acosta ha integrado delegaciones que negociaron en Estados Unidos iniciativas a favor de una comunidad de casi dos millones de emigrantes, cuyas remesas constituyen una de las principales fuentes de ingresos para El Salvador.
En tal sentido, advirtió que el actual Gobierno parece más interesado en satisfacer la agenda de Washington en materia migratoria que en impulsar y cumplir con una política de Estado que responda a los intereses salvadoreños.
Desde su triunfo en las presidenciales del 3 de febrero, Bukele afianzó un discurso en el que reivindica a Estados Unidos como el mayor aliado internacional de El Salvador, lo cual ratificó el 9 de septiembre en su discurso a propósito de sus primeros 100 días de Gobierno.
McAleenan negó entonces que el propósito del convenio sea convertir a El Salvador en un "tercer país seguro", o sea, un destinatario de los solicitantes de asilo rechazados por Washington, tal como se intenta implementar en la vecina Guatemala.
El presidente estadounidense Donald Trump es un crítico habitual de los países del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala) por su presunta incapacidad para controlar la emigración irregular.