El Ejecutivo transmitió "sus más sinceras condolencias al Gobierno y al pueblo de Brasil por el trágico incendio que se produjo anoche en un hospital de Rio de Janeiro".
El país sudamericano extendió "su solidaridad con los familiares de las víctimas" y deseó "la pronta recuperación de los heridos".
Los fallecidos, que estaban internados en la unidad de cuidados intensivos de este hospital privado y tenían entre 66 y 93 años, murieron intoxicados por inhalación de humo y sin quemaduras de gravedad.
En el momento del incendio había 103 personas internadas, de las cuales 90 fueron transferidas a otros hospitales de la ciudad.