La fórmula de Alberto Fernández como presidente y de la expresidenta Cristina Fernández como vicemandataria parece invencible. Todo indica que serán los triunfadores en los comicios que el país suramericano celebrará el 27 de octubre. Comicios de los que no es ajeno el FMI, institución cuyos intereses están también en disputa.
El pasado 26 de agosto el candidato se reunió con autoridades del organismo y aclaró que si bien no dejará de pagar las obligaciones contraídas por el país, no está dispuesto a continuar con las condiciones hasta ahora impuestas. "Junto al Gobierno son responsables por la catástrofe social que se vive", agregó en un comunicado.
De acuerdo al economista Gustavo García Zanotti, en la "historia reciente de Argentina hubo antecedentes de que los organismos internacionales le soltaron la mano al país", pero esto no parece probable en esta oportunidad. Sin embargo si lo es un "cambio del bando negociador".
"Van a querer negociar con Alberto Fernández los últimos desembolsos de los préstamos y no con este Gobierno. Entonces el último desembolso por 5.400 millones de dólares, que se tendría que evaluar en septiembre efectivizar en octubre, probablemente se postergue hasta después de las elecciones, cuando seguramente haya un presidente electo", dijo en diálogo con Sputnik.
Para el becario doctoral del CONICET, negociar con el actual mandatario Mauricio Macri no le reportaría al Fondo ningún beneficio. En cambio tejer lazos con quien posiblemente sea su sucesor es de vital importancia puesto que el país del sur ya recibió casi la totalidad del crédito stand by que se le otorgó, y será el nuevo mandatario quien se encargará del pago.
"A su vez tiene el 60% de todo el dinero prestado en Argentina, y en ese escenario el país tiene mucho poder de negociación para poder patear los plazos hacia más adelante", concluyó.
