Según el estudio, el 22%, o aproximadamente uno de cada cinco integrantes de la Armada, es obeso. Lo peor de todo es que a pesar de las medidas tomadas por las autoridades el número de soldados obesos sigue creciendo. Por ejemplo, la Armada eliminó la comida frita y refrescos con azúcar, además de hacer más accesibles los gimnasios, pero la dinámica no cambia.
La misma situación con la obesidad se observa en las demás ramas de las Fuerzas Armadas de EEUU:
- el 18,1% de los militares en la Fuerza Aérea;
- el 17,4% del Ejército;
- el 8,3% de los Cuerpos de los Marines, que tienen las exigencias más altas para la preparación física de sus reclutas.
De hecho, el número de obesos entre los militares del país norteamericano hizo incluso más que duplicarse. A modo de comparación, en 2011 solo el 6,4% del Ejército, 9% de la Fuerza Aérea y 2,3% de los marines tenían peso excesivo. Mientras tanto, en la Armada el número de obesos creció seis veces.
“La obesidad impacta negativamente en el rendimiento físico y el nivel de la preparación militar. Además, se asocia a los problemas de salud a largo plazo, tales como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer”, se dice en el estudio.
Lo que es más, los dirigentes de las Fuerzas Armadas están implementando más y más medidas para frenar el crecimiento de los militares obesos, pero sin mucho éxito. Al fin y al cabo, muchos de los que son aceptados en las Fuerzas Armadas acaban ganando peso e incluso poniéndose obesos.