"No doy comentarios sobre los asuntos internos de la República Popular China, y este es un asunto interno de China", dijo Morgúlov ante la prensa al ser preguntado sobre la situación en Hong Kong.
Desde el 9 de junio pasado, Hong Kong vive una oleada de protestas cuyo detonante fue un proyecto de ley que permitiría la entrega de prófugos de la justicia a Taiwán, Macao y la China continental.
Los críticos de la normativa temen la extradición de disidentes políticos a Pekín.
Más de 1.180 personas fueron detenidas en los casi tres meses de protestas.
Sin embargo, además de la revocación definitiva de la ley de extradición, los manifestantes exigen al Gobierno de Carrie Lam que establezca una comisión para investigar el uso de la fuerza policial durante las protestas, amnistiar a los activistas arrestados, dejar de presentar las concentraciones como disturbios y relanzar el proceso de reformas políticas en Hong Kong.