"Este nuevo restaurante será la casa de muchos amantes de la comida latinoamericana y en especial de la comida peruana", dijo, al mostrarse entusiasmado por promover la gastronomía y la cultura en general de su patria "en este grandioso país como lo es Rusia". El recinto es un auténtico Perú en miniatura: sus paredes están pintadas con motivos tradicionales, se reproducen las líneas de Nazca y hay numerosos cuadros con paisajes de la nación andina.
"En el primer restaurante estamos tranquilos, hay una estabilidad, pero yo siempre busco progresar. El miedo está dentro de cada uno de nosotros. Pero hay que vencer este miedo. Todo negocio tiene sus riesgos, pero tenemos una mente positiva, tenemos un buen equipo de trabajo, una buena carta y estamos esperanzados de que este proyecto tenga frutos. Para eso solamente nos toca trabajar duro y tratar de agradar a la gente", señaló.
Orlando Baldeón cuenta que vino a Rusia hace unos 15 años, donde ingresó a estudiar Medicina. Con el paso del tiempo crecía su convicción de que no es lo suyo, al tiempo que se inclinaba cada vez más por dedicarse a la cocina, un oficio arraigado en su familia. Así que en el tercer año de la carrera tomó la decisión de enfocarse "plenamente" en el negocio.
La historia de la vida en #Rusia 🇷🇺 del peruano 🇵🇪 Orlando Baldeón #PERU es digna de un bestseller, según dijo en la siguiente entrevista con @SputnikMundo: https://t.co/bcGL4tks0J pic.twitter.com/54QYzsrMMU
— Sputnik Reporteros (@Sputnik_Report) 5 сентября 2019 г.
"En algún momento dejé de pensar que debo trabajar para alguien y ganar un salario determinado. Entonces decidí trabajar para mí mismo. Yo cocinaba en casa, tenía algunos muchachos que repartían la comida, y esto fue el origen de lo que son hoy en día dos restaurantes 'Lima'", señaló.
"Los policías paraban a todo el mundo. Te pedían documentos, veían que no tenías la registración debida y te llevaban a la comisaría. Allí permanecías hasta que averiguaran que tú no eres ni un delincuente, ni un terrorista, ni nada. Al principio, claro, yo moría del susto al estar en una comisaría con ladrones al lado, tras las rejas, sin haber hecho nada. Simplemente tu delito era no tener la registración rusa. Pero ha pasado tantas veces lo mismo que luego ya me acostumbré", narró.
"Hoy ya tengo la ciudadanía rusa. Estoy totalmente oficial, legal y ya no me pueden llevar otra vez tras las rejas", dijo sonriendo.
Las malas experiencias, no obstante, no lograron afectar su imagen del pueblo ruso."Los rusos en general se han portado muy bien conmigo. Estoy muy agradecido con la gente, con el país", subrayó.
En Moscú se casó con una peruana, a quien se refiere con mucho cariño, señalando que "tuve la suerte de encontrarla en este país". Tuvieron un hijo que ya tiene tres años y medio y es bilingüe.
"Entiende perfectamente el español y asimismo el ruso", dijo contentísimo Orlando Baldeón, al reiterar su "profundo agradecimiento a este país".
"Lo quiero y lo respeto", concluyó.