Los terroristas secuestraron a un millar de personas, incluyendo a niños pequeños, que permanecieron en el gimnasio de la escuela durante tres días sin beber ni comer. Los yihadistas exigían la retirada de las tropas federales de Chechenia.
La crisis, que culminó con una operación de asalto al centro educativo, se saldó con 335 muertos, incluidos 318 rehenes —de los cuales 186 eran niños—, 10 empleados del Servicio Federal de Seguridad (FSB), dos funcionarios del Ministerio de Situaciones de Emergencia y 15 policías.
Los heridos se cifraron en 810 personas entre rehenes, oficiales de las fuerzas especiales del FSB, policías y militares.