El destructor estadounidense de misiles guiados USS Wayne E. Meyer, de la clase Arleigh Burke, pasó la víspera a 12 millas náuticas de los arrecifes Fiery Cross y Mischief, las dos islas artificiales más grandes que China construyó como puestos de avanzada en el archipiélago Spratly, un territorio disputado por varios países del Sudeste Asiático.
"Instamos a la parte estadounidense a detener de inmediato este tipo de acciones provocativas para evitar que haya incidentes inesperados", comentó al respecto el coronel Li Huamin, portavoz del Comando del Teatro Sur del Ejército Popular de Liberación (EPL).
El militar, citado por el diario South China Morning Post, acusó a EEUU de ignorar las leyes internacionales y afirmó que se tomarán "todas las medidas necesarias para defender con determinación la soberanía y la seguridad nacional y salvaguardar firmemente la paz y la estabilidad en el mar del Sur de China".
Pekín reclama el derecho a construir instalaciones militares en el archipiélago Spratly (Nansha, en chino), un centenar de islotes y arrecifes esparcidos en un área de más de 400.000 kilómetros cuadrados en este mar.
La Corte de Arbitraje Internacional de La Haya dictaminó en julio de 2016, a petición de Filipinas, que no existe una base legal para las reclamaciones que presenta Pekín en la zona marítima comprendida dentro de "la línea de nueve puntos" en el mar del Sur de China.
Además dispuso que Spratly no son islas y no conforman una zona económica exclusiva, pero China respondió que no reconoce el dictamen de La Haya.