Esto ocurre en momentos en los que Varsovia y Washington están cada vez más cerca y Estados Unidos estudia la posibilidad de enviar a territorio polaco muchas de las tropas estadounidenses acantonadas en Alemania. Incluso, en los últimos meses Trump envió un contingente adicional de mil soldados a territorio polaco, que se sumaría a los cinco mil que ya estaban emplazados allí, junto a otras fuerzas de la OTAN.
Trump fue crítico con Berlín en los últimos meses y le reprochó no utilizar el 2% de su Producto Interno Bruto para cuestiones de defensa, tal como exigen las normativas de la OTAN. Incluso dejó entrever la posibilidad de revisar la ayuda en materia defensiva a Alemania y amenazó con lo de llevar más tropas desde suelo teutón a Polonia.
Mientras, el expresidente Lech Walesa es de los que cree que junto a las invitaciones a los aliados de la OTAN y la UE, Varsovia debió enviar una a Putin para las actividades del 1 de septiembre.
"Si tenemos objeciones, debemos conversar en vez de aislar, al no invitar a Rusia no hacemos sino empeorar nuestras relaciones que ya son malas", dijo Walesa en una entrevista con Rzeczpospolita.
Para el otrora líder del sindicato Solidaridad, no es justo invitar a Alemania y al mismo tiempo no dirigir invitación a Rusia.
Varsovia, por su parte, señaló que no invita a Moscú a asistir a las actividades por el 80 aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial porque en 1939 se infringió el derecho internacional.
En respuesta, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que cualquier evento conmemorativo dedicado a la II Guerra Mundial resultaría de poco valor sin la participación de la Federación de Rusia.
La II Guerra Mundial comenzó con un ataque de la Alemania nazi contra Polonia, el 1 de septiembre de 1939, tras lo cual parte del territorio polaco quedó en manos de Berlín y otra parte pasó a integrar la Unión Soviética.
A la misma hora en Westerplatte estarán el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea.
Tampoco estará Emmanuel Macron, el presidente de Francia, uno de los aliados de Polonia cuando se inició la II Guerra Mundial, a pesar de haber sido invitado.
Pero los ausentes más notables serán los altos representantes rusos.