"Iniciar un diálogo no significa que toleremos la violencia", dijo Lam a los periodistas antes de la reunión semanal del Consejo Ejecutivo.
Agregó que "si la violencia continúa, lo único que debemos hacer es detenerla con acciones policiales".
Según el diario South China Morning Post (SCMP), la jefa del Ejecutivo mantuvo previamente una reunión a puertas cerradas con una veintena de jóvenes de 20 a 30 años, sin filiación política clara. En el encuentro la acompañaron los ministros de Educación e Interior.
Las protestas en Hong Kong cumplieron más de ochenta días y por ahora no se vislumbra el final. Su impacto económico, según SCMP, ya es más grave que el del movimiento por el sufragio universal, Occupy Central, en 2014.
Así, las compras de casas, tiendas y oficinas documentadas en el Registro de la Propiedad disminuyeron un 24% entre el 9 de junio y el 23 de agosto, en comparación con los 79 días que duró la campaña de Occupy Central.
Los detractores de esta normativa temen la entrega de disidentes políticos a Pekín.
A mediados de junio, el Gobierno de Hong Kong suspendió la polémica ley, pero se negó a revocarla por completo, por lo que las protestas y los choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes continúan.