En el pasado, los problemas económicos en el extranjero no eran un motivo de preocupación para EEUU. Normalmente no eran suficientes para sacudir la potente economía del país norteamericano.
Ahora, EEUU se dirige aparentemente hacia una desaceleración económica que no necesariamente será una recesión, escribe Forbes. La confianza del consumidor sigue siendo robusta, las entidades bancarias predicen el alza del mercado de valores para 2019. A pesar de la caída de la tasa de crecimiento económico desde el 3,1% al 2,1%, está en los parámetros de la era posterior a la crisis.
No obstante, existen amenazas del extranjero que podrían afectar la economía estadounidense. Una de ellas es la guerra comercial, que era una de las razones por las que la Reserva Federal bajó las tasas de interés a corto plazo. El impacto negativo de una nación extranjera a la economía de EEUU parecería insignificante, pero ¿qué pasaría en caso de un declive colectivo?
Europa
La economía británica se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre tras un anémico avance del 0,5% en el primer período del año. Un Brexit sin acuerdo puede empeorar las cosas, y la regla general es que dos trimestres consecutivos de contracción significan que la recesión se ha arraigado.
Alemania, la potencia industrial de Europa, tuvo resultados similares a los británicos. El país depende en gran medida de la exportación de automóviles, que se encuentra en recesión en todo el mundo. La confianza de las empresas alemanas alcanzó su nivel más bajo en siete años, según el índice de clima empresarial IFO.
Italia ya está en recesión desde 2018 y su inestable Gobierno está listo para una caída.
América Latina
Brasil, que tiene la mayor economía de América del Sur, está considerando completar un segundo trimestre negativo. La caída de los precios de las materias primas lo está perjudicando. Tampoco están dando resultado las fuertes expectativas para la cosecha de soja brasileña —que debería beneficiarse de los rígidos aranceles de China sobre la soja estadounidense—.
México, el tercer socio comercial más grande de Estados Unidos, también se enfrenta a un segundo trimestre consecutivo en caída.
Asia
Singapur, un poderoso nexo financiero, está sufriendo, con una contracción económica del 3,3% en el último trimestre.
La guerra comercial chino-estadounidense tiene sus efectos secundarios por todo el mundo. Se trata de una cascada de dominós que podría generar algún daño que otros males más pequeños no podrían provocar, concluye Forbes.