Por aquel entonces varios medios ucranianos lo describieron como un vehículo casi terminado.
Se informó de que era capaz de alcanzar objetivos a unos 40 km y que con los proyectiles propulsados por cohetes, la distancia aumentaba hasta 50 km. Se subrayó su alta velocidad de disparo —hasta seis por minuto—, lo que se logra con la ayuda de cargadores automáticos. Asimismo, se destacó que el Bogdana se había fabricado directamente en Ucrania y que tenía tiene una composición electrónica compleja. Todo esto le daba la oportunidad de competir con los modelos extranjeros más modernos.
Brusilov afirma que esta máquina autopropulsada fue hecha exclusivamente con fines propagandísticos para que Petró Poroshenko pudiese jactarse de los 'éxitos' del complejo militar-industrial antes de las elecciones presidenciales.
Ya ha pasado un año y el proyecto no ha avanzado más allá del prototipo. El Ministerio de Defensa ucraniano se negó a financiar completamente la elaboración de este cañón autopropulsado.