La tecnología Crispr-Cas9, que permite editar el ADN, apareció en EEUU en el 2012. A pesar de esto, China publica hoy el doble de trabajos de investigación agrícola relacionados con Crispr que Estados Unidos.
En agosto del 2013, Gao Caixia y su equipo modificaron por primera vez el ADN de una planta con la ayuda de Crispr. Desde entonces, la investigadora ha escrito tres docenas de publicaciones que describen el uso del editor de genomas para varios cultivos.
Ma Jiayang, profesor del Colegio Agrícola de la Universidad Agraria de China, comentó a Sputnik sobre la eficiencia de la tecnología Crispr.
"En comparación con las tecnologías de cambio genético anteriores, la tecnología Crispr es fácil de usar, más eficiente y tiene un ciclo experimental más corto. Sin embargo, Crispr es una tecnología nueva. Por lo tanto, hay riesgos. Cuando se usan algunos sistemas para editar genes, siempre existe la posibilidad de obtener un resultado no deseado", opinó Ma Jiayang.
El experto añadió que todavía no se sabe si el uso de la tecnología puede dañar el ecosistema o conducir a consecuencias irreparables.
"En la comunidad científica aún no hay conclusiones sobre posibles problemas. A pesar de que la tecnología no tiene como objetivo cambiar el gen en sí, sino eliminar y reemplazar partes innecesarias, el riesgo de mutaciones concomitantes aún está presente. Por lo tanto, se necesita más investigación", observó.
Algún día China podría comenzar a necesitar plantas modificadas por Crispr para proporcionar suficiente alimento para su vasta población, cita Science a Li Jiayang, expresidente de la Academia China de las Ciencias Agrícolas en Pekín.
En el 2018, el tribunal europeo dictaminó que este tipo de cultivos son organismos genéticamente modificados (OGM), que requieren una regulación estricta. Los consumidores chinos temen a los alimentos modificados genéticamente. El país limita estrictamente la importación de cultivos transgénicos. Y el único alimento transgénico que cultiva es la papaya.
Pero muchos investigadores de todo el mundo opinan que China seguirá los pasos de Estados Unidos en el uso de Crispr y hará concesiones para los cultivos con genes modificados obtenidos por medio de reemplazar partes del ADN, y no mutaciones.
Argentina desafía al mundo con el primer trigo transgénico https://t.co/CYnskaKaaP pic.twitter.com/FGCarXT5VV
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 4, 2019
"Todavía no se sabe si dichos productos serán más caros de lo habitual cuando lleguen a las tiendas, pero el uso de Crispr es varias veces más barato que los métodos comunes de modificación génica", señaló Ma Jiayang.
Los científicos señalan que si los reguladores chinos permiten la venta de productos cultivados con Crispr, habrá que esperar tan solo seis meses hasta que los cultivos modificados lleguen a las granjas chinas desde los invernaderos de laboratorios.
Mientras tanto, el problema de alimentación de la población puede surgir no solo en China, sino en todo el planeta durante las próximas décadas. Por lo tanto, es importante que las prácticas de producción de alimentos evolucionen, y la modificación genética en este caso puede convertirse en una herramienta importante para alimentar a la creciente población mundial, según un informe publicado en julio de este año por el Instituto de Recursos Mundiales.
