"Estamos atendiendo esta situación especial de epidemiología que se ha presentado en toda la región y que nos obliga a tomar medidas preventivas en grande", dijo la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en su tradicional alocución televisada.
Murillo precisó que el Ministerio de Salud reportó más de 33.000 viviendas fumigadas y la eliminación de 248.000 criaderos potenciales del "zancudo" (mosquito) Aedes aegypti, agente transmisor del dengue y enfermedades como el zika y el chikingunya.
Los Sistemas Locales de Atención Integral en Salud (Silais) también intensifican sus acciones para erradicar los criaderos de mosquitos, y para capacitar a la población sobre la prevención y la respuesta ante los síntomas del dengue.
El Ministerio de Salud emitió el 30 de julio la resolución 306-2019, que orienta a la población nicaragüense unir esfuerzos para controlar cualquier brote de fiebre por dengue, zika y chikungunya.
La ministra de Salud, Carolina Dávila, afirmó que Nicaragua es el país con menos casos de dengue en la región, con 2.232 confirmados de enero a la fecha, pero la situación de emergencia decretada en Honduras constituye una amenaza.
Dávila precisó que la alerta epidemiológica tiene como objetivo prevenir y controlar el desarrollo de las enfermedades que podrían desencadenar una epidemia, para lo cual son implementadas acciones para proteger la vida de las personas.
La Organización Mundial de la Salud refiere que el dengue suele manifestarse entre 3 y 14 días después de la picadura, con una fiebre alta (40Cº) acompañada de síntomas como cefalea intensa, dolor detrás de los globos oculares, en los músculos y articulaciones, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
A pesar de que no hay tratamiento específico del dengue ni del dengue grave, que es una complicación potencialmente mortal, la detección oportuna y el acceso a la asistencia médica adecuada disminuyen las tasas de mortalidad por debajo del 1%.
