El secretario general "decidió establecer una comisión interna de la ONU para investigar una serie de incidentes que han ocurrido en el noroeste de Siria desde la firma del Memorándum para la estabilización de la situación en la zona de distensión de Idlib entre Rusia y Turquía el 17 de septiembre de 2018", dice la declaración.
El documento señala que "la investigación cubrirá la destrucción o los daños de las instalaciones incluidas en la lista de desconflicto, así como de aquellas que cuentan con el apoyo de la ONU en la zona".
"El secretario general insta a todas las partes interesadas a cooperar con la comisión", dice el documento.
Por su parte, el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, declaró que Moscú considera que la nueva comisión fue creada bajo la presión de algunos países que no quieren lograr la paz en ese país árabe.
"No quiero entrar en detalles, pero creemos que fue un error, lamentamos que una parte de los países que en realidad no quieren alcanzar la paz en Siria hayan ejercido presión sobre el secretario general" [de la ONU, António Guterres], dijo el diplomático ruso ante la prensa.
Agregó que Moscú está sorprendida por este paso y lo lamenta.
Además, Polianski dudó que la investigación de los ataques contra la infraestructura en Siria sea el objetivo verdadero para crear la nueva comisión.
"Dudamos mucho de que sea para investigar y no para acusar a Siria y Rusia de lo que no cometimos", subrayó.
Añadió que Rusia tiene también muchas preguntas sobre si el secretario general de la ONU tiene el derecho de crear esta comisión.
Durante la sesión del 30 de julio del Consejo de Seguridad, los representantes de Estados Unidos y el Reino Unido, así como el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, acusaron a las autoridades sirias y rusas de atacar las instalaciones humanitarias, incluidos los hospitales en Siria.
Lo calificó de mentira que Rusia bombardeó deliberadamente hospitales y escuelas.
Después de la reunión, representantes de Francia, Estados Unidos, el Reino Unido, Perú, Polonia, Bélgica, Dominica, Alemania, Indonesia y Kuwait se reunieron con el secretario general para ver si había algún medio por el cual las propias Naciones Unidas pudieran iniciar una investigación sobre los ataques contra hospitales en Siria.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a grupos terroristas.
Cientos de miles de personas perdieron la vida en las hostilidades en el país árabe.
En septiembre de 2018, los presidentes de Rusia y Turquía firmaron en la ciudad rusa de Sochi un memorándum encaminado a solucionar la situación en Idlib, adonde se fueron trasladando los grupos derrotados en la lucha contra el Gobierno sirio que se negaron a deponer las armas.
En la provincia de Idlib hay más de una docena de diferentes grupos armados, los mayores de ellos son la alianza de grupos rebeldes proturcos del Frente de Liberación Nacional y el grupo terrorista Frente al Nusra (también conocido como Hayat Tahrir al Sham, prohibido en Rusia).
