"El Estado de Honduras reitera que los estándares interamericanos de derechos humanos exigen que cada decisión en materia migratoria sea fundamentada individualmente y se respete el debido proceso, independientemente del estatus", expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado difundido en su web oficial.
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— Cancillería Honduras (@CancilleriaHN) July 15, 2019
El pronunciamiento de la Cancillería hondureña responde a las detenciones y deportaciones de migrantes centroamericanos en EEUU, y coincide con el anuncio del bloqueo de toda solicitud de asilo que no haya sido realizada —y denegada— en un "tercer país seguro".
"El Servicio Consular de Honduras en EEUU está en alerta para atender a los hondureños que requieran servicios de protección o asesoría, con el apoyo de abogados migratorios pro bono que están dispuestos a brindarle sus servicios en caso de ser necesario", agrega el texto.
La Cancillería hondureña llamó a sus compatriotas en EEUU a mantener la calma, y en caso de ser abordados no revelar su situación migratoria, solicitar una orden judicial de arresto o revisión antes de abrir sus puertas a las autoridades estadounidenses y no brindar información falsa.
El secretario interino de la Seguridad Nacional de EEUU, Kevin McAleenan, anunció la mencionada suspensión de los procesos como una medida para reducir "las cargas abrumadoras" en el sistema interno, colapsado desde inicios de 2019.
Para el funcionario, la causa radica en "los solicitantes de asilo que no buscan una protección urgente en el primer país disponible, los migrantes económicos que carecen de un temor legítimo de persecución y las organizaciones criminales transnacionales, traficantes y contrabandistas que explotan nuestro sistema".
El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, tenía previsto reunirse este 15 de julio en la Casa Blanca con su homólogo estadounidense Donald Trump, pero decidió reprogramar el encuentro tras la ola de críticas a la eventual firma de un acuerdo para convertir a su nación en un "tercer país seguro".
Según la mencionada Convención de Ginebra, este destino final tiene que garantizar que los solicitantes de asilo no sean retornados a su país de origen, asegurar el derecho a la vivienda, seguridad social, servicios médicos, empleo y educación, y reunificación familiar.
Miles de personas han llegado a la frontera entre EEUU y México desde octubre, cuando caravanas de ciudadanos centroamericanos dejaron sus territorios en un viaje hacia el norte huyendo de la pobreza y la violencia con la esperanza de solicitar asilo en la potencia norteamericana.
Trump calificó el surgimiento de llegadas de crisis y declaró una emergencia nacional en febrero para obtener fondos para construir un muro fronterizo.
