El legislador ruso señaló que "Rusia aún no ha recibido disculpas de ninguna otra delegación de la asamblea, ni de la propia Georgia".
Los 23 países que integran la Asamblea llegaron a la conclusión de que en adelante van a celebrar sus eventos en aquellos países que garanticen la seguridad de todos los participantes.
El diputado cree que los provocadores bajo consignas antirrusas e intentos de desacreditar los valores ortodoxos, buscaban perpetrar un golpe de Estado.
Las tensiones entre Rusia y Georgia aumentaron a finales de junio después de que un grupo de radicales irrumpiera en el Parlamento georgiano y atacara a Gavrílov, quien presidía la sesión inaugural de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia.
A los activistas radicales de la oposición les escandalizó que el diputado ruso, al que algunos medios georgianos acusan de haber apoyado a los independentistas abjasios, se sentara en el sillón del presidente del hemiciclo durante el foro.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, declaró a Rusia "enemigo e invasor" de su país y la acusó de aprovecharse de las protestas.
Moscú rechazó estas declaraciones y condenó la agresión contra la delegación rusa, que catalogó de "provocación rusófoba".