"Este ataque tiene claramente el alcance de un crimen de guerra", manifestó Salamé citando a un comunicado de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (Unsmil).
Según la Unsmil, el ataque aéreo se saldó con 44 muertos y más de 130 heridos de gravedad.
Salamé también instó a la comunidad internacional a condenar este crimen e imponer las sanciones pertinentes contra todas las personas involucradas.
A su vez, el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a llevar a cabo una investigación independiente del ataque.
"El secretario general llama a realizar una investigación independiente de las circunstancias del incidente", dijo su portavoz, Stéphane Dujarric, en un comunicado.
Además, según Dujarric, el secretario general de la ONU volvió a exigir un cese inmediato de la violencia en Libia y la reanudación del diálogo político.
La Fuerza Aérea del Ejército Nacional Libio (LNA) anunció el 1 de julio el inicio de una operación aérea en la capital de Libia, Trípoli.
Actualmente en Trípoli funciona el Gobierno de Unidad Nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU y presidido por Fayez Sarraj.
No obstante, este Ejecutivo no es considerado legítimo por la Cámara de Representantes, parlamento unicameral con sede en la ciudad de Tobruk (este), con un gobierno propio y apoyado por el Ejército Nacional Libio, del mariscal Jalifa Haftar.
El pasado 4 de abril, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que Haftar ordenara una ofensiva contra Trípoli para "liberarla de terroristas".
Tres días más tarde, las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional anunciaron la operación Volcán de Ira contra las tropas de Haftar.