No se sabe mucho sobre este raro fenómeno. Las FRB son emanaciones intensas de radiación electromagnética que llegan desde fuera de nuestra galaxia.
La última ráfaga, nombrada FRB 190523, fue detectada a finales de mayo del 2019. Según los astrónomos del Observatorio de Radio Owens Valley de Caltech (OVRO según sus siglas en inglés), la señal se originó a una distancia de unos 7.900 millones de años luz. Es tan lejos como hacer el viaje desde la Tierra hasta el Sol unas 500 millones veces.
Hasta hace poco se creía que las FRB procedían de unas jóvenes galaxias enanas que disponen de estrellas de neutrones altamente magnéticas, llamadas en inglés 'magnetars'. Pero según Vikram Ravi, astrónomo del OVRO, la galaxia de dónde provino el FRB 190523 tiene mucho en común con nuestra Vía Láctea en cuanto a su tamaño y edad.
Por ahora, la identificación de las FRB constituye la punta de la ciencia astronómica.
''Este es el gran avance que hemos estado esperando desde que los astrónomos descubrieron las ráfagas rápidas de radio en el 2007'', comenta el astroingeniero Keith Bannister de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth de Australia (CSIRO según sus siglas en inglés).
''Los teóricos necesitarían volver a las pizarras para explicar nuestra explosión, ajustando el modelo magnetar joven o encontrando una explicación completamente diferente para el nuestro", añade Bannister.
¿Qué otros secretos ocultan estas señales? Puede ser que con el desarrollo técnico de las capacidades de los observatorios dentro poco conozcamos nuevos y fascinantes descubrimientos en este campo.