"Esto es un sueño que se hizo realidad, y a su vez es un alto honor y una responsabilidad enorme porque queremos, como decimos en Uruguay, dejar el alma en la cancha para que todo salga lo mejor posible, que sea un regalo para los santiagueros y, a su vez, los uruguayos se sientan como en su casa", afirmó el diplomático a Sputnik.
Lorier explicó que es la primera vez que Uruguay es país invitado en la fiesta, aunque precisó que hubo participación de algunos uruguayos en forma individual como el cantautor Oscar Damián.
Informó que "desde el punto de vista formal esto arranca el año pasado en Uruguay, con un grupo de soñadores, de que podíamos llegar a ser el país invitado de honor en este festival".
Desde ese momento quedó instalada una comisión en Montevideo, que trabajó un año en la organización de una delegación que pudiera llegar a Cuba con todos los elementos logísticos y culturales que pudieran ser representativos de la cultura uruguaya, apuntó Lorier.
"La comisión estuvo integrada con representantes del Ministerio de Cultura, de los grupos portadores, e integrantes de intendencias municipales, en un esfuerzo por juntar fuerzas estatales y privadas para poder llegar a Cuba con una numerosa delegación artística", agregó.
Por otra parte, el embajador comentó el esfuerzo hecho por la Embajada de su país en La Habana, que asistió al festival en 2018, lo que propició establecer contactos con las autoridades en Santiago de Cuba para que Uruguay fuera el país invitado de honor en el evento de 2019.
"La delegación uruguaya en el Festival del Caribe tendrá una presentación coherente, no será una serie de grupos que se presentan aislados unos del otro, pues todo tiene un hilo conductor, un argumento que desemboca en un objetivo, incluida una gala muy orgánica", comentó el embajador Lorier.
Agregó que "hay una profundidad mayor que debemos buscar en los elementos que llevan a que Santiago de Cuba sea la sede del Festival del Caribe desde hace 40 años, y es que tiene que ver con las raíces negras, con la cultura afrodescendiente".
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Lorier enfatizó que el lema de la Fiesta del Fuego es "El Caribe que nos une" y "hay que pensar qué une a Uruguay, allá en la punta fría de América Latina, con Cuba, y con Santiago de Cuba, en particular".
"Nos une lo negro, lo africano, esa cultura que llegó desde África por distintas vías a América en su conjunto y que en Uruguay generó un ritmo muy importante desde el punto de vista musical que es el candombe, como en Cuba lo es la conga", afirmó.
Para el diplomático uruguayo, "el candombe es algo que nos une, lo negro también nos une y quizás eso sea el centro de la presentación que llega de Uruguay".
Insistió que eso es lo que se quiere privilegiar en la presentación uruguaya en Santiago de Cuba, que espera "deje embriones de futuros desarrollos a explorar porque la idea no es venir una vez y enseñar nuestra forma de hacer música y nuestras formas culturales, sino dejar cimientes para el futuro, entre ellas lograr alguna vez una fusión entre la conga y el candombe".
En este propósito, añadió, para este festival está previsto que dos congas santiagueras —San Ignacio y Los Hoyos— participen junto a la delegación uruguaya en los desfiles y en la gala, lo que permitirá ir sembrando esos vínculos.
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Junto a la numerosa delegación de Uruguay, el Festival del Caribe en Santiago de Cuba acogerá a investigadores, cultores y grupos portadores de la cultura popular tradicional de más de 20 de países, entre ellos Cuba, México, Curazao, España, República Dominicana, Colombia, Holanda y Puerto Rico.
La edición 38 de la Fiesta del Fuego se celebró del tres al nueve de julio en Santiago de Cuba, estuvo dedicada a Puerto Rico, y contó con la presencia de más de 700 artistas e intelectuales de 26 países.