Después de que un grupo de varios centenares de manifestantes irrumpieran en la sede del Parlamento de la región administrativa especial de China, la policía, que no intervino en la situación durante varias horas, anunció que empezaría a limpiar en breve el territorio y exigió a todos que lo abandonaran.
Los policías advirtieron de que tenían previsto usar gas lacrimógeno, lo que hicieron poco después.
La mayoría de los manifestantes abandonó la plaza cerca del Consejo Legislativo, atacando a los agentes con huevos, paraguas y piedras.
Por su parte, el medio South China Morning Post informó que al menos 30 manifestantes permanecen hasta ahora en la sede del Consejo Legislativo de Hong Kong.
Esas personas exigen que las autoridades cumplan todos los requisitos, entre ellos revocar por completo el examen de las enmiendas a la ley de extradición.
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Los participantes de las protestas construyeron barricadas para impedir el acceso a la policía.
El 15 de junio el Gobierno suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes.
Las protestas se reanudaron el 22 de junio, pero no fueron tan grandes y pronto se calmaron.
Los que se oponen a los cambios temen que eso permitirá extraditar a la China continental no solo a los funcionarios corruptos fugitivos sino también a quienes expresen desacuerdo con la política oficial de Pekín.