Estos fragmentos son capaces de destruir las células cancerosas cercanas al foco del tumor. Una descripción del método fue publicada en la revista Molecules.
El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes. El principal factor de su aparición es la radiación ultravioleta que provoca mutaciones de las células sanas. El tipo más agresivo de cáncer de piel es el melanoma y uno de los problemas más importantes con su tratamiento es la dificultad de detectar células cancerosas en la vecindad inmediata del tumor.
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"El melanoma primario es claramente visible y se puede extirpar, mientras que las células cancerosas alejadas del tumor primario son invisibles a los ojos y mucho más difíciles de eliminar quirúrgicamente. De hecho, no hay límites claros para la escisión del tumor que podrían garantizar una curación completa", dijo una coautora de la publicación, jefa del Laboratorio Central de Investigación de la Academia Médica de la Universidad Federal de Crimea Evguenia Ziablítskaya.
Los experimentos de modelos a largo plazo con la participación de fragmentos de ADN de gusanos de seda no apareados mostraron que el uso de fragmentos cortos (de longitud de 18-20 nucleótidos) puede aumentar la tasa de procesos de destrucción o muerte celular programada en las células de los insectos. Los resultados obtenidos se utilizarán en el tratamiento de cánceres humanos, incluido el melanoma.