"La principal fuente de esas amenazas provienen del territorio de Estados Unidos", dijo el vicedirector de la entidad, Nikolái Murashov, en una comparecencia ante la prensa este 27 de junio, citando informes de empresas de seguridad extranjeras.
Murashov subrayó que el objetivo de la mayoría de los ciberataques es el robo de tecnologías rusas en los ámbitos militar y nuclear.
"Básicamente, los delincuentes tratan de obtener datos sobre las tecnologías de la industria nuclear y de defensa del país", puntualizó.
Uno de cada tres ciberataques, precisó, está dirigido contra el sistema financiero.
Murashov alertó que los medios de comunicación también son blanco de ataques que provienen de la Unión Europea y Estados Unidos.
"Para los ataques a los medios rusos se usan, como regla general, centros situados en los territorios de la Unión Europea y Estados Unidos", constató.
Además, el vicedirector Murashov señaló que los mitos sobre los hackers rusos son producto de los servicios secretos estadounidenses, que pretenden dominar en el espacio informático.
"¿Sobre qué suelo crecen los mitos sobre los hackers rusos, chinos u otros, quién los produce? La respuesta es obvia: es un juego sin reglas que llevan a cabo los servicios secretos de EEUU con el fin de aplastar a quienes no son de su club y garantizarse el dominio en la esfera informática", dijo.
El Centro Nacional de Gestión de Ciberincidentes se instituyó por orden del director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) en otoño de 2018 para coordinar la detección, la prevención y la liquidación de los ciberataques contra la infraestructura de las instalaciones del país y reaccionar a los incidentes cibernéticos.
También señaló que EEUU siempre sabe de antemano quién es el culpable y en la lista figuran solo cuatro países: Rusia, China, Corea del Norte e Irán, y se niega a efectuar consultas bilaterales con expertos de Rusia, temiendo que demuestren el carácter infundado de las acusaciones y de las consiguientes decisiones políticas.
Murashov aseguró que tales afirmaciones se hacen usando frases tipo "suponemos", "es casi cierto" o "muy probable".
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En 2018, Rusia registró más de 4.000 millones de incidentes de ciberseguridad contra sus infraestructuras críticas.
