"Las pruebas presentadas de la responsabilidad de Irán no nos convencen", dijo.
Agregó que "actualmente la situación en el golfo Pérsico se está agravando, lo que pone en peligro la paz y la seguridad en la región, así como los esfuerzos internacionales para resolver el conflicto".
Indicó que a Moscú le da impresión de que "se forma el llamado casus belli [motivo de guerra, del latín]" al subrayar que Irán es "uno de los menos interesados" en atacar a los buques petroleros.
Washington y, tras él, Londres y Riad acusaron a Teherán de los ataques, lanzados supuestamente por la Guardia de la Revolución Islámica.
EEUU, que había anunciado varias semanas antes el envío de 1.500 efectivos y un batallón de sistemas de defensa antiaérea Patriot y aviones de reconocimiento a Medio Oriente, decidió despachar a la zona un destructor de misiles guiados, el USS Mason.
Irán niega categóricamente su implicación en los ataques a buques petroleros.