De acuerdo a la agencia rusa EADaily, que cita a testigos, un residente de Tuvá llamado Alexandr pasó un mes con la espina dorsal rota en la guarida de un oso y logró sobrevivir. Lo encontraron unos cazadores con ayuda de sus perros que estaban ladrando frente a la guarida.
Inicialmente, los cazadores pensaron que el cuerpo había sido momificado por el aire seco, pero se quedaron atónitos al descubrir que el hombre aún estaba vivo.
Varios medios de comunicación extranjeros complementaron la información. Por ejemplo, el diario británico Daily Mail informa que el hombre bebía su propia orina para no morir de sed.
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Sputnik decidió ponerse en contacto con las autoridades de la región de Tuvá para aclarar la situación. De acuerdo a Dolaana Dadar-oolovna Salchak, jefa del Servicio de Prensa del presidente de la República de Tuvá, no saben nada sobre un caso como este, por lo menos en su región.
"Hemos hablado con el Ministerio del Interior, tanto como con el Ministerio de la Salud, y nadie sabe nada sobre el caso. Si tuvo lugar, no fue aquí", dijo la funcionaria.