Sin lugar a dudas el refrigerador es uno de los electrodomésticos más codiciados. Podemos fregar o lavar ropa a mano, pero indiscutiblemente necesitamos un lugar frío y seco donde guardar la comida.
Estrictamente, los refrigeradores son los aparatos que sirven para separar los alimentos del calor. Ocupan un lugar privilegiado en nuestra cocina porque hacen que la comida dure mucho más tiempo y no tengamos que tirarla y, también, mejoran notablemente nuestra salud al no ingerir alimentos en mal estado.
No se trata de develar un misterio, sino de explicar procesos químicos. ¿Sabes por qué el frío conserva los alimentos? ¿O cómo evita el refrigerador la liberación de toneladas de dióxido de carbono (CO2)?
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El frigorífico, técnicamente, no aporta frío: lo que hace es quitar calor. En química no existe eso que coloquialmente llamamos frío, y se habla de energía de las moléculas. A más energía, más calor. A menor energía, menos calor.
En otras palabras, se utiliza el refrigerador porque las temperaturas bajas hacen que las bacterias y otros organismos se reproduzcan más lentamente y, por tanto, que los alimentos tarden más en ser “colonizados” por estos pequeños seres.
La sal, muy utilizada antes de la invención de la nevera y los refrigeradores, también “ataca” a las bacterias. Formalmente les roba su comida, que son las moléculas de agua. Al reducir la humedad, la sal termina por matar de hambre a las bacterias, aunque no es una forma muy saludable (ni económica) de mantener la comida comestible, se explica en Xataka.
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Además, debemos tener en cuenta que el aumento de CO2 del siglo pasado y principios de este nos ha colocado en una situación precaria que hemos de solucionar entre todos. Según los informes mundiales de medioambiente de Naciones Unidas, estamos a 0,5ºC de superar un punto de no retorno de temperatura global.
Como compradores tenemos en nuestra mano cuidar de nuestros alimentos para que duren más, alargando su vida mediante la ausencia de calor y ausencia de bacterias; así como la responsabilidad de hacerlo, por las generaciones que vienen.
Por ello debemos tener en cuenta que el refrigerador es el único electrodoméstico que siempre debe estar enchufado a la corriente eléctrica y funcionando, por motivos obvios. Merece la pena invertir en uno de bajo consumo, bajo impacto ambiental y larga duración.