Los buques, que formaban parte de la Flota de Alta Mar alemana, fueron hundidos deliberadamente hace 100 años. Tras la derrota alemana en la guerra, la flota de 74 buques había sido reunida en Scapa Flow, esperando una decisión sobre su futuro. El 21 de junio de 1919 el almirante Ludwig von Reuter ordenó su hundimiento porque temía la confiscación de la flota por los Aliados como reparación de guerra.
En 1981 la empresa se declaró en quiebra y los buques fueron puestos en concurso en ese momento. El resto los compró Thomas Clark, contratista de buceo.
"Hay un sentimiento de orgullo asociado a estas embarcaciones absolutamente icónicas, pero en última instancia ha llegado un momento de su vida en el que no va a hacer nada más con ellas, por lo que se trata de pasar el bastón al siguiente propietario", dijo el agente del propietario Drew Crawford.
Los acorazados Markgraf, Konig, Kronprinz Wilhelm y el crucero Karlsruhe son monumentos catalogados, por eso no se permite entrar a los buceadores aficionados, pero el propietario tendría acceso. Asimismo podría ser posible obtener licencias para recuperar objetos de los barcos, aunque no se permitiría su comercialización.
Tampoco pueden ser retirados del lecho marino. Los buques se venderán al mejor postor.
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