"Por supuesto, este incidente afectará las relaciones ruso-georgianas y tendrá consecuencias serias", dijo Burjanadze al canal Rossiya 24.
Echó la culpa del escándalo al partido gobernador Sueño Georgiano que "no logró evaluar sus pasos" y señaló que Rusia no planeaba ninguna trama al enviar a Gavrílov a Tiflis.
Burjanadze explicó que fue obvia la respuesta del pueblo georgiano al hecho de que el presidente de la AIO proceda de un país con el que Georgia no tiene relaciones diplomáticas.
Georgia rompió relaciones diplomáticas con Rusia en 2008 después de que el país europeo reconociera la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, dos antiguas autonomías georgianas.
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En la opinión de Burjanadze, las autoridades actuales hacen "pasos irracionales", empeorando aun más la situación en Georgia en lugar de mejorar las relaciones con Moscú.
El 20 de junio, durante la apertura de la 26 sesión de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia (AIO) que aglutina a las delegaciones de 25 países, un grupo de radicales irrumpió en el Parlamento georgiano y atacó al presidente del organismo internacional, el legislador ruso Serguéi Gavrílov.
Las delegaciones reunidas en el Parlamento de Georgia se vieron obligadas a concluir sus labores antes de lo previsto.
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Frente a la sede legislativa se produjeron choques violentos entre elementos radicales y la policía, que utilizó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
Los manifestantes, a los que se unieron facciones de la oposición, protestaban por la visita de la delegación rusa a Georgia y exigen la dimisión del presidente del Parlamento, Irakli Kobajidze, y del ministro del Interior, Gueorgui Gajaria.
Kobajidze presentó este 21 de junio su renuncia.
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Este 21 de junio la oposición continuó las manifestaciones en el centro de Tiflis con las mismas exigencias.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, declaró a Rusia "enemigo e invasor" del país y le acusó de aprovecharse de las protestas.
Moscú rechazó categóricamente estas declaraciones y condenó la agresión contra la delegación rusa, al calificarla de "una provocación rusófoba".
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Este 21 de junio el presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó un decreto que prohíbe a las compañías aéreas rusas realizar servicios de transporte de pasajeros al territorio de Georgia a partir del próximo 8 de julio.