"En el plan inmediato de acción, estaremos desde hoy en el despliegue de la Guardia Nacional comprometido y también en el inicio de las operaciones", dijo Ebrard en conferencia de prensa junto con el presidente Andrés Manuel lópez Obrador.
El secretario de Relaciones Exteriores dijo que 3.000 efectivos están siendo enviados para controlar el flujo de migrantes centroamericanos.
El diplomático que encabezó la negociación con sus contrapartes estadounidenses el 7 de junio, lideradas por el vicepresidente Mike Pence, explicó que quienes transiten por el territorio mexicano tienen la obligación de declarar "quiénes son, a qué vienen y de qué nacionalidad son".
México tiene una larga tradición de asilo y refugio, y "solo pretendemos ejercer la ley mexicana", señaló.
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Por lo tanto, México también recibirá a personas retornadas de EEUU mientras son resueltos sus trámites, de las cuales ya hay 10.000 en la frontera norte, y otras 20.000 esperan presentar sus solicitudes de asilo, en algún punto migratorio.
No obstante, "no tenemos los costos [que implicará mantenerlos], porque los vamos a tener que revisar", respondió.
El canciller apuntó que "el 'establishment' y la coalición política [republicana] que gobierna [en Washington] no quieren migrantes".
"Lo que buscamos es coexistir con visiones diferentes", señaló.
El ministro descartó que se trate de una militarización de la frontera, porque "implicaría violar los derechos humanos y la ley".
"La Guardia Nacional va a respaldar a las operaciones de la autoridad civil", el Instituto Nacional de Migración, aseguró.
La Guardia comenzará oficialmente sus operaciones en todo el país el 30 de junio en todo el país.