"En esta situación, estoy obligado a desempeñar las funciones del jefe de estado hasta las elecciones de un nuevo presidente, soy consciente de la escala de responsabilidad", dijo Bensalah.
La desconvocatoria, que los medios argelinos daban por inminente desde hace varios días, es resultado de que el organismo se había negado a inscribir como candidatos a Hakim Hamadi y Hamid Touahri, los dos últimos nominados que aún estaban en la carrera por la presidencia argelina.
Conforme a las leyes en vigor, los candidatos debían haber presentado, además de un certificado médico y otros documentos personales, al menos 60 firmas recogidas en diversas provincias de Argelia o 600 firmas de diputados de diverso nivel.
Otros pretendientes, entre ellos el militar retirado Lakhdar Benzahia, ya tiraron la toalla para evitar que en las elecciones hubiera una sola candidatura, como la de Abdelaziz Bouteflika en 1999.
El 2 de abril pasado, el presidente argelino Abdulaziz Buteflika, de 82 años y en el poder desde 1999, anunció su dimisión, tras una serie de protestas masivas contra su postulación para la quinta presidencia consecutiva, aprovechando el artículo 102 de la Constitución, que prevé una renuncia por motivos de salud.
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El jefe de la Asamblea Popular, Abdelkader Bensalah, asumió por tres meses la presidencia interina del país, y anunció la celebración de las elecciones presidenciales adelantadas el próximo 4 de julio.
La oposición rechaza que Bensalah, considerado un colaborador cercano de Buteflika, participe en la organización del período de transición en Argelia, y el jefe del opositor Frente de Nueva Argelia, Djamel Benabdeslam, aseveró que las protestas continuarían hasta que todos los partidarios de Buteflika dejaran el poder.