Los ejercicios requerían el uso mínimo de equipo, la duración inicial era de 18 minutos, alternando el ejercicio con períodos de descanso en una proporción de 40/20 (por ejemplo, 40 segundos de trabajo y luego 20 segundos de descanso). El tiempo de entrenamiento fue aumentando gradualmente hasta los 36 minutos.
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El resultado demostró que los participantes perdieron casi un kilo de grasa y aumentaron aproximadamente en medio kilo su peso corporal magro en comparación con el grupo de control que mantuvo su vida diaria.
En general, los investigadores sugirieron que los ejercicios fáciles de realizar, diseñados para practicarlos en un ambiente hogareño y sin la necesidad de equipo especial, podrían ser extendidos a otros grupos de personas.
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