Las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional y de las naves espaciales podrían comportarse de manera completamente imprevista, explica a Sputnik Alexandr Aguréyev, jefe de la sección de alimentos del Instituto de Problemas Médicos y Biológicos de Rusia.
A Sputnik ha señalado también que durante los primeros momentos de la EEI, los dietistas canadienses propusieron que se permitiese beber vino a los cosmonautas igual que se permite a la tripulación de submarinos. Sin embargo, ha proseguido, los especialistas de la NASA concluyeron, después de estudiar la cuestión en profundidad, que la tripulación de un submarino debía prestar servicio las 24 horas al día, a diferencia de la de la EEI. Así que no había ninguna garantía de que el astronauta no se iba a beber todo el vino en una noche.
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En cuanto a los refrescos, el investigador ha indicado que, una vez abierto el envase, el gas que contienen comienza a expandirse tanto que al beber este sale despedido en todas direcciones, llegando hasta la nariz y los ojos de los astronautas. "Y eso genera incomodidad", ha añadido.