Tras asumir su cargo el lunes, el nuevo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunió con los representantes de la Casa Blanca que asistieron a la ceremonia de investidura, y pidió que Estados Unidos endureciera las sanciones contra Rusia al acusar a este país de agresión por la crisis de Donbás.
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 13.000 muertos, además de unos 1,5 millones de desplazados.
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Ucrania acusa a Rusia de intervenir en los asuntos internos del país y de participar en el conflicto en Donbás.
Moscú en reiteradas ocasiones insistió en que no es parte del conflicto interno ucraniano y que está interesado en que la nación vecina supere lo más pronto posible la crisis.