"Hace tres meses el diálogo en Venezuela era una mala palabra"

"El solo hecho de que ya haya una negociación es importante y positivo", dijo a Sputnik el politólogo venezolano José Briceño en referencia al anuncio del inicio de un diálogo en Oslo, Noruega, entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición.

La noticia fue difundida por la televisión pública noruega el viernes 17 y confirmada con el paso de las horas por ambas partes.

"Ojalá que tenga una agenda clara y lleve a resultados concretos, sino terminará siendo una nueva frustración que va a lesionar cada vez más la palabra diálogo como opción de salida política en América Latina", apuntó el académico de la Universidad Autónoma de México.

En este sentido destacó que "el solo hecho de que ya haya una negociación es importante y positivo, porque hace tres mes esa posibilidad estaba completamente cerrada y el diálogo era una mala palabra".

Briceño, presente en Uruguay para participar del simposio "Relecturas de Alberto Methol Ferré: Geopolítica, Regionalismo y Conciencia Histórica" este 21 y 22 de mayo, consideró que la región vive "un momento preocupante" marcado por la incertidumbre y definió a la coyuntura regional como transicional.

"Estamos viviendo desde 2015 un giro político hacia gobiernos conservadores de derecha y centroderecha que tienen una particular visión de cómo entienden la economía y la inserción de Latinoamérica en el mundo, y por tanto cómo entienden la integración regional", indicó Briceño.

El profesor de la UNAM precisó que el escenario actual marca que los nuevos lineamientos de los partidos en el poder "pueden implicar retrocesos en el área social e institucional", en países como Argentina que en 2015 desplazó al kirchnerismo por la vía de las urnas.

Sin embargo, tanto en Argentina como en Brasil, donde el cambio ideológico fue claro, incluso quienes votaron por él, actualmente resisten otras transformaciones que no están dispuestos a perder.

Esto se debe, de acuerdo con el experto, a dos cosas que hizo bien el progresismo: "Uno de los aspectos fueron las políticas de inclusión que generan en la sociedad una visión distinta de cómo funciona el Estado, que también tiene que preocuparse por mí como ciudadano. Entonces que venga un nuevo gobierno y tire eso a la cesta de la basura va a encontrar una reacción social".

Y el otro aspecto fue "la movilización política, que viene madurando desde el período neoliberal de los años 90 cuando la sociedad latinoamericana empezó a organizarse para reaccionar y defenderse de los ajustes económicos violentos que se hicieron en la mayor parte de los países de América Latina".