"China sigue defendiendo una solución de las divergencias económicas y comerciales mediante consultas y negociaciones, pero deben ser negociaciones de igual a igual", cita el portal de la Cancillería china las palabras del ministro.
Wang Yi expresó su protesta contra la presión que ejerce EEUU contra compañías chinas, que abarca métodos políticos, y destacó que la Casa Blanca no debe "ir demasiado lejos" en esa esfera.
El mismo 10 de mayo, Estados Unidos aumentó los aranceles del 10 al 25% a productos chinos, por valor de unos 200.000 millones de dólares.
Además, el presidente Donald Trump ordenó empezar a subir los aranceles al resto de las importaciones chinas, por un valor estimado de 300.000 millones de dólares.
En respuesta, China anunció que elevará a partir del 1 de junio los aranceles a los artículos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares.
También: China asegura controlar el impacto negativo de la guerracomercial con EEUU
Desde el año pasado las dos economías más grandes del mundo continúan implicadas en una guerra comercial a gran escala.
Relaciones entre EEUU e Irán
El ministro chino también dijo a Pompeo que Washington debe actuar con Teherán de una manera precavida y evitar una agudización.
"Esperamos que las partes actúen con precaución, mantengan la calma, para evitar una agudización de la situación", declaró el titular chino, citado en un comunicado de la Cancillería.
Wang Yi aseguró que su país está en contra de los principios jurídicos extraterritoriales que intenta aplicar el país norteamericano contra Irán.
En 2015, Rusia, EEUU, el Reino Unido, China, Francia, Alemania y la Unión Europea firmaron el PAIC, que estableció limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar, a cambio del levantamiento de sanciones internacionales.
En agosto, Washington restableció las sanciones contra el sector automotor de Irán, su comercio en oro y metales preciosos, así como las relacionadas con el rial iraní, y en noviembre extendió las medidas de restricción a la compra de petróleo iraní, las operaciones con puertos y empresas marítimas del país persa y las transacciones de instituciones financieras con el Banco Central de Irán.
Los restantes participantes del pacto se esfuerzan por mantenerlo en vigor.