El presidente estadounidense, Donald Trump, situó en 200.000 millones de dólares la subida de los aranceles a las importaciones del gigante asiático y, a raíz de esa escalada, los economistas brasileños comenzaron a calcular las posibles consecuencias del conflicto en la economía nacional.
"En principio tenemos superávit de producción que se puede exportar", explica Inhasz a Sputnik. "Así las cosas, vender, conquistar nuevos mercados y aumentar las exportaciones a EEUU y a China en principio no comporta tantos problemas como, por ejemplo, que nuestra economía se recalentase y nos viésemos obligados a sacrificar el mercado interno por el bien de las exportaciones", explica.
Según la brasileña, los fabricantes del país ya se están beneficiando por el aumento en la demanda de aquellos productos objeto de sanciones chinas y estadounidenses. Y es muy posible que esa tendencia se mantenga en la medida en que el conflicto entre EEUU y China se recrudezca. Sin embargo, advierte de que la situación tiene también su parte negativa.
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"A día de hoy ya no gozamos de un tipo de cambio de moneda tan atractivo. Sobre todo porque dependemos de las importaciones. Los productos de importación empezarán a encarecerse", apunta. "Así que tenemos que tener presente que el precio de la vida en Brasil también puede subir un poco por culpa del aumento en el tipo de cambio del dólar", añade.
Sin embargo, Inhasz se pregunta de qué capital económico disponen China y Estados Unidos para soportar y librar realmente esta gran guerra comercial. "Creo que lo más probable es que, para cuando se celebre la cumbre del G20, esta tensión ya haya disminuido", dice. Y considera que el mercado se está adaptando al nuevo 'statu quo'.