"Dicen que el laborismo intenta ofrecer algo a todo el mundo sobre el Brexit, yo no me disculpo por ello [porque] el laborismo nunca será el partido del 52% ni del 48%", dijo en referencia a los porcentajes cosechados por el bando del Brexit y de la permanencia, respectivamente.
Corbyn ofrece a los primeros el "compromiso democrático" de respetar su victoria en el plebiscito y un "plan alternativo del Brexit que protege empleos, niveles de vida y comunidades".
"No es un mensaje confuso, sino razonable", respondió Corbyn a un miembro de la audiencia en el turno de preguntas.
La línea oficial admite apoyar un "voto público" si el Gobierno conservador saca adelante su Acuerdo de Retirada pactado con la UE y el laborismo no consigue forzar el adelanto de las generales.
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Un segundo referéndum sobre la cuestión quedaría en principio descartado si Corbyn extrae un resultado satisfactorio de la negociación del Brexit que su equipo está manteniendo con el Ejecutivo de Theresa May.
"Es difícil negociar con un gobierno que está desintegrándose con los ministros del Gabinete tomando posiciones en la sucesión, en vez de trabajar por un acuerdo", denunció en Kent.
Corbyn certificó que "no ha habido una gran oferta" en las conversaciones con el Gobierno conservador y "las líneas rojas se preservan".
En un extremo está el Partido del Brexit de Nigel Farage, que propone una ruptura "limpia" y abrupta con el bloque de Bruselas.
El bando contrario lo ocupan formaciones menores —desde Liberal Demócratas a los Verdes y el nuevo grupo de diputados prófugos Change UK— que aspiran a cancelar el Brexit en un segundo plebiscito.
Corbyn promete, en cambio, "unir de nuevo" a un país profundamente "dividido" por la cuestión europea.
