"A las tres de la tarde (19:00 GMT) la fiscal de la CPI, Bensouda, informará al Consejo de Seguridad sobre Libia", dijo Haq.
La administración de Trump revocó a inicios de abril la visa de Bensouda y amenazó con sanciones económicas a otros miembros de la CPI por iniciar el examen de la posible comisión de crímenes de guerra de personal estadounidense en Afganistán.
Unas semanas después, los magistrados de la CPI decidieron no dar luz verde a la investigación sobe Afganistán, si bien reconocieron que había evidencia de crímenes de guerra.
Interrogado sobre si Bensouda tuvo problemas para obtener su visado, el viceportavoz del secretario general de las Naciones Unidas contestó: "Supongo que no".
Bensouda sostuvo en un comunicado divulgado el mes pasado que su despacho estaba examinando la posible comisión de crímenes en Libia a raíz del reciente brote de violencia y que no dudaría en ampliar las investigaciones e imputaciones si había elementos para hacerlo.
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El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo el 5 de abril a periodistas que el foro mundial esperaba que el Gobierno de EEUU cumpliera sus obligaciones y permitiera al personal de la CPI viajar Nueva York sin visas.
La situación del país de África del Norte, dividido por la guerra civil que comenzó en 2011, se deterioró el 4 de abril cuando el Ejército Nacional Libio lanzó una ofensiva para tomar la capital, Trípoli, que se encuentra bajo el mando del Gobierno de Unidad Nacional apoyado por la ONU.
De inmediato, el Gobierno de Unidad Nacional inició una contraofensiva que llamó "Volcán de ira".
Desde que el líder libio Muamar Gadafi (1969-2011) fue derrocado y asesinado en 2011, el país está dividido entre dos administraciones.
La parte oriental permanece bajo control del parlamento que apoya el Ejército Nacional Libio, con sede en Tobruk (noreste), mientras la porción occidental está bajo administración del Gobierno de Unidad Nacional.