"Hoy todos miran a Moscú y Washington una vez más. Escuchamos advertencias de políticos racionales contra el colapso del desarme y el sistema de control de armas (…) Es hora de que los presidentes Putin y Trump hablen sobre estabilidad estratégica y el futuro del control de armas nucleares, principalmente del Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF, por sus siglas en inglés) y el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START)", dijo Antónov.
El embajador ruso recordó que fue difícil alcanzar acuerdos nucleares y de misiles en el pasado, pero ambas partes demostraron sabiduría y comprensión de que una guerra nuclear no se puede ganar y que nunca se debe pelear.
"Parece que este principio merece reafirmarse hoy en día", dijo Antónov, quien agregó que existe un creciente apoyo a esta idea entre las "personalidades" más prominentes de Estados Unidos.
Proporcionó como ejemplo un artículo de opinión escrito por el exsecretario de Estado, George Shultz, el exsecretario de Defensa William Perry y el senador Sam Nunn, exhortando cooperar con Rusia para garantizar que nunca se usen armas nucleares en el futuro.
"Escuchamos esas palabras de personas que experimentaron personalmente la amenaza de una guerra nuclear. Por lo tanto, debemos adoptar un enfoque serio para encontrar formas de coexistencia pacífica", dijo Antónov.
"Desafortunadamente, la postura de Estados Unidos de reconsiderar su actitud hacia el sistema de acuerdos internacionales sobre estabilidad estratégica lleva a consecuencias lamentables. Por ejemplo, la retirada de Estados Unidos del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM) hizo que Rusia continuara desarrollando armas completamente nuevas", afimó Antónov.
Reconoció que los nuevos sistemas de armas suscitan preocupaciones en Estados Unidos a pesar de que Moscú advirtió sobre las consecuencias de lo que caracteriza como medidas unilaterales de Washington.
"Hemos seguido diciendo que no nos sentaremos de brazos cruzados observando los intentos de poner fin al equilibrio estratégico", dijo Antónov.
El embajador ruso señaló que se están gastando enormes sumas de dinero para desarrollar una defensa global antimisiles, pero enfatizó que las nuevas armas estratégicas de Rusia pueden penetrar en cualquier sistema de defensa de misiles.
"La continuación del gasto del Pentágono para lograr este objetivo solo perjudicará a los contribuyentes estadounidenses", dijo Antónov.
El tratado INF fue adoptado en 1987 por la entonces Unión Soviética y EEUU para prohibir los misiles balísticos y de crucero con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Más aquí: Cinco lugares en los que podría estallar una nueva guerra mundial en el 2019
En octubre pasado, Trump anunció que su país abandonaría el pacto con el argumento de que Moscú supuestamente violaba el acuerdo.
El Departamento de Estado confirmó en enero que EEUU suspendería sus compromisos con el Tratado INF el 2 de febrero, a menos que Rusia presentara pruebas acerca de su cumplimiento.
