El monarca de 85 años, luciendo una vestimenta ceremonial color marrón y un sombrero de seda negra, volvió a visitar por la mañana el santuario de Kashikodokoro donde se encuentra una réplica de espejo de bronce de la diosa del sol Amaterasu Omikami, antepasada de la familia imperial, para los japoneses.
Las ceremonias relacionadas con la abdicación del emperador comenzaron el 12 de marzo pasado e incluyeron las visitas de Akihito al Mausoleo del emperador Jinmu en Kashihara, oeste de Japón y el Santuario de Ise, en la prefectura central de Mie.
A las 17:00 (GMT+9) se celebrará el último ritual, Taiirei Seiden No Gi, en una sala del Palacio Imperial. Akihito pronunciará un discurso de despedida, de unos diez minutos de duración, ante unos 300 invitados, entre ellos los miembros de la familia imperial, los jefes de las tres ramas del poder y los miembros del Gabinete.
Más aquí: ¿Qué esconde la nueva era imperial japonesa?
A partir de ahí, Akihito ostentará el título Joko como emperador emérito.
Al día siguiente tendrá lugar la ceremonia de entronización en la que el hijo mayor de Akihito, Naruhito, de 59 años, recibirá las insignias imperiales y se convertirá en el 126 emperador de Japón.
