"Se creó y comenzó a funcionar un grupo de trabajo sobre la cooperación técnico-militar, que examinará la demanda de nuestros amigos de Bangladés en cuanto a la producción militar rusa", dijo Lavrov tras reunirse con su homólogo bangladesí, Abdul Momen.
El jefe de la diplomacia rusa señaló que Moscú y Daca tienen una "dinámica positiva de desarrollo de las relaciones comerciales y económicas", al precisar que el intercambio comercial entre los dos países el año pasado "superó los 1.600 millones de dólares, repitiendo de hecho la cifra récord de 2017".
"Espero que puedan aceptar nuestra invitación", expresó Lavrov.
El SPIEF, que se celebra desde 1997, tendrá lugar este año entre el 6 y el 8 de junio.
Primera central nuclear en Bangladés
Por su parte, Abulkalam Abdul Momen se mostró esperanzado de que la central nuclear Rooppur, que el país asiático construye con la participación de Rusia, comience a funcionar en 2023.
Momen expresó que Bangladés confía en la ayuda de Rusia en el sector energético, en particular en el suministro de combustibles.
La planta nuclear, construida según un proyecto ruso a 160 kilómetros de Daca, contará con dos reactores de agua presurizada, de 1.200 megavatios cada uno.
La primera unidad, cuya construcción comenzó el 30 de noviembre de 2017, debe entrar en servicio en 2023 y la segunda, al año siguiente.
Refugiados rohinyás
La repatriación de los refugiados rohinyás se ve obstaculizada por la inestable situación en el estado birmano de Rakáin, declaró este 29 de abril Momen.
"A finales de 2018, prácticamente ninguno de ellos [rohinyás] regresó, en parte porque la situación en el estado de Rakáin sigue siendo tensa", dijo.
Agregó que los refugiados no están listos para regresar.
Por su parte, Lavrov destacó que la única solución de la crisis es la "que se base en el diálogo y el entendimiento mutuo", mientras que los llamamientos a apoyar a una de las partes del conflicto son absolutamente contraproducentes y tienen por objetivo agudizar la confrontación.
Asimismo, el jefe de la diplomacia rusa cuestionó la postura de ciertos representantes de la ONU que no consideran necesario que los refugiados rohinyás sean repatriados.
"Me sorprendió que representantes de la ONU y sus organismos especializados expresaran interés en mantener a los refugiados en el territorio de otro país", dijo Lavrov.
Expresó la esperanza de que "esta posición no sea apoyada por los países miembros de la ONU, ni por el secretario general" de la organización.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.
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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima en al menos 719.920 el número de refugiados rohinyás que llegaron a Bangladés desde el 25 de agosto de 2017 huyendo de la violencia en Rakáin. Si se suman las llegadas anteriores, la comunidad rohinyá en el distrito bangladesí de Cox's Bazar asciende a unas 933.000 personas.