"La inercia, las justificaciones y el derrotismo siempre han sido y serán muy dañinos, pero más en momentos que resulta imprescindible el ahorro real, efectivo, no como una simple frase", expresó José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista, en las conclusiones del congreso obrero.
Entre los principales renglones de ahorro al que se está llamando a la clase obrera cubana están los combustibles, los servicios de energía eléctrica, las materias primas y los principales insumos para la producción, en momentos en que el crecimiento de la economía de la isla no termina de despuntar y se arrecian las carencias.
El dirigente político instó a los trabajadores cubanos a desterrar viejos errores, y trabajar en función de la actualización del nuevo modelo económico y social emprendido en la isla en los últimos años.
Además, el sindicato llamó a elevar el sentido de pertenencia en los centros laborales, y aprovechar todas las posibilidades que permitan incrementar las exportaciones de productos nacionales, disminuir las importaciones, y eliminar cualquier asomo de corrupción y de actitudes delictivas o negligentes.
El cónclave sindical cubano también emitió una declaración condenando la decisión de EEUU de aplicar la ley Helms-Burton, reclamó el fin inmediato del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla desde 1962, y exigió la devolución del territorio ocupado en la Base Naval norteamericana de Guantánamo.
Asimismo, ratificó su apoyo al Gobierno y pueblo de Venezuela, y reclamó la liberación del expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, a quien los trabajadores calificaron como un "preso político".
Durante los cuatro días de deliberaciones, los 1.200 delegados y los 300 invitados de los diferentes sindicatos de la isla discutieron temas vitales como los bajos salarios, la escasez der productos de primera necesidad, el incremento de los precios de los artículos de primera necesidad y la deserción laboral en puestos claves de la economía.
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