"Es admirable la muy activa postura de nuestros socios turcos, que mostraron firmeza de ánimo e inflexibilidad pese a la fuerte presión de EEUU, en particular en lo referente al proyecto S-400", dijo Fomín a la televisión rusa RT.
Washington amenazó a Ankara con imponer sanciones por la compra de los S-400 y suspender la entrega de cazas F-35.
La Casa Blanca, que busca venderle a Turquía las baterías antiaéreas Patriot, alega que los equipos rusos son incompatibles con los estándares de la OTAN.
El S-400 (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
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Con un alcance de hasta 400 kilómetros, el equipo ruso puede destruir blancos a alturas de hasta 30 kilómetros.