Unos turistas en la reserva natural de Kruger, en Sudáfrica, fueron testigos de una serie de encuentros algo inusual: un bebé hipopótamo se 'enfrentó' a unos cocodrilos que estaban calentándose en la orilla.
No se puede decir si simplemente estaba jugando o de verdad estaba probando sus fuerzas contra los reptiles, pero al final hizo que los cocodrilos se retirasen el agua.
La siguiente víctima del valiente hipopótamo fue un búfalo que llegó para beber del embalse, pero resultó ser un hueso duro de roer. No cedió ni un paso e incluso se puso en una pose de ataque.
Al ver lo que estaba ocurriendo, el pequeño hipopótamo se echó a correr con tanta desesperación que incluso se tropezó antes de meterse en el agua y salir nadando hasta donde estaba su madre.
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