"Hemos dejado claro que nos oponemos a la ofensiva militar de las fuerzas de Jalifa Haftar y exigimos el cese inmediato de las operaciones militares contra la capital libia", declaró Pompeo al recordar que el Consejo de Seguridad de la ONU y los miembros del Grupo de los Siete han llamado a conseguir lo antes posible una desescalada de tensión en el país africano.
La crisis en Libia entró en una nueva espiral de tensión después de que Haftar ordenara el jueves 4 de abril una ofensiva contra Trípoli con el objetivo de "liberarla de los terroristas".
En respuesta, el Gobierno de Unidad Nacional de Fayez al Sarraj, que controla la capital y es reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU, declaró el estado de alerta y movilizó sus fuerzas.
Las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional anunciaron la operación Volcán de la Ira contra Haftar, mientras que el Ejército Nacional Libio inició la fase aérea de su ofensiva.
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El Ministerio de Sanidad informó ese mismo día de una veintena de muertos por los enfrentamientos entre los bandos del conflicto, sin precisar si eran civiles o combatientes.
