A pesar del escepticismo que han mostrado algunos medios sobre la idea de la venta de los cazas rusos de quinta generación a China el medio estadounidense Military Watch afirma que es muy factible.
Así, China podría estar interesada en el empuje vectorial tridimensional, los misiles de alcance extremadamente largo y en el Sistema de Contramedidas Infrarrojas Direccionales que se usan para cegar los misiles enemigos.
Pero aparte de la adquisición de nuevas tecnologías, Pekín podría tener también un interés estratégico, afirma el medio. En vista de lo estrechas que son las relaciones que mantienen los dos países, a China le interesa una Rusia más fuerte.
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La compra de los Su-57 rusos proporcionaría una mayor financiación al proyecto. De tal modo se vería acelerado el desarrollo final y la entrada en fabricación en masa de los cazas rusos de quinta generación, lo cual llevaría a una considerable disminución del precio por unidad.
Finalmente, el medio señala que el propio presidente chino dijo que la habilidad de su país de oponerse al bloque Occidental por su propia cuenta no es nada certera. Por lo cual, a China le conviene que más países no aliados de EEUU tengan cazas de quinta generación.
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Se destaca que un mayor atractivo del Su-57 en el mercado internacional haría posible conseguir esta meta sin necesidad de vender sus propios cazas de quinta generación: el Chengdu J-20 y el J-31, que está en pleno proceso de desarrollo.
Por lo cual, comprando los cazas rusos de quinta generación China mataría varios pájaros de un tiro: ganaría acceso a nuevas tecnologías, reforzaría a su aliado, aumentaría el potencial militar de los enemigos de Occidente y mejoraría sustancialmente su potencial defensivo.
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