"Lo hicimos así porque consideramos normal hacerlo en ese plan de amistad; cenamos, no fue una reunión rígida ni acartonada, sino una conversación circular como son a veces estas reuniones muy importantes, por eso se decidió así, había testigos y lo informamos", dijo este 21 de marzo López Obrador a una pregunta de la prensa.
La cena, a la que también asistieron el canciller mexicano Marcelo Ebrard y el encargado de negocios de la embajada estadounidense, John Creame, se centró en una prometida inversión estadounidense de 10.000 millones de dólares para México y Centroamérica, y en el proceso de ratificación del nuevo tratado comercial de México, EEUU, Canadá (T-MEC).
La inusual reunión en casa del empresario que desde hace 20 años es vicepresidente de la poderosa televisora y copresidente de Grupo Televisa desde octubre de 2017, fue muy criticada por la oposición, porque se habrían tratado temas de seguridad nacional ante particulares.
"Acepté porque no me quita nada, porque soy respetuoso de la investidura presidencial, si fuese a hacer algo indigno, entonces no podría reunirme en ningún lado con nadie, y tengo mi autoridad moral para asistir a cualquier encuentro", replicó el jefe de Estado.
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"Se hizo en una casa particular de un amigo en común, porque se ajustó el horario, él (Kushner), que viajó de EEUU solo a este encuentro, tenía su agenda, igual yo tenía compromisos; y se podía llevar a cabo esa reunión a las 8:00 de la noche, estuvimos hasta las 10:30 de la noche, muy tarde, por las labores que uno realiza", precisó.
El presidente dijo que las críticas en los medios y en el Congreso se deben a que "hay celos y sentimientos, yo los entiendo; pero ya, abrazos, amor y paz, que no haya tantos celos, ni resentimiento, me llevo bien con todos y tenemos que reconciliarnos", agregó.
Sobre el T-MEC, el presidente reafirmó a Kushner "nuestro compromiso de que se debe ratificar ese tratado, porque hay cosas que benefician al país".
Una relación singular
López Obrador agregó que su movimiento "también implica la reconciliación nacional, y lo importante es que con el Gobierno de EEUU se mantiene una relación de amistad".
"Brasil es importantísimo, una gran nación, un gran pueblo; pero nosotros, por razones de geopolítica, tenemos que mantener un cuidado mayor de nuestra relación con EEUU, somos vecinos", subrayó.
Argumentó además que, a diferencia de Brasil, Italia o Francia, los dos países norteamericanos tienen 3.180 kilómetros de frontera común y que 24 millones de mexicanos viven en EEUU, sin mencionar que 11 millones son indocumentados.
"Tenemos estrechas relaciones económicas, comerciales, compartimos historias de confrontación y también momentos de amistad y solidaridad, es una relación equivalente a la relación que debemos tener también, por cuestiones históricas, geopolíticas y culturales, con nuestra América como decía (José) Martí" el prócer de la independencia cubana, contrastó.
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El mandatario dijo finalmente que no hubo fotografías de la cena porque "no fue del todo formal, no fue acartonada, sino una conversación abierta, y no todo el que ayuda lo hace siempre por un interés; ya sé que son temas interesantes de reflexión, ofrecieron que podía ser allí y acepté así", zanjó.
Para frenar la inmigración hacia EEUU, el nuevo Gobierno mexicano busca un acuerdo de inversión estadounidense de 5.000 millones de dólares en el sureste del país, y otro por un monto igual para la vecina Centroamérica.